Superflua, editorial

B.Echeverría

Detrás de la Editorial Superflua se encuentra el trabajo de Martín Torres y Pau Masaló. Se han especializado en narrativa de moda y tanto por su exquisitez como por su rigurosidad en el tema, han conseguido convertirse en estos cinco años de andadura, en un referente editorial. Hablamos con Martín Torres al respecto.

Superflua ha cumplido ya 5 años en su andadura editorial, ¿qué balance hacéis de vuestra trayectoria hasta el día de hoy?

En lo personal el balance es más que satisfactorio. Materializar una idea, crear una línea editorial, lograr un público fiel que nos aprecia, el reconocimiento de la prensa especializada… En ese aspecto no nos podemos quejar. Ahora bien, como pequeña empresa cultural tenemos los problemas habituales de los que adolece el sector: ventas muy ajustadas, costes altos (que se disparan en el caso de las traducciones) y políticas culturales inexistentes para pequeñas empresas (a nivel autonómico).

Son ya trece los libros publicados y a juzgar por el recibimiento que están teniendo vuestro análisis fue acertado: había un hueco editorial, un nicho de mercado que no se cubría.

En efecto, el hueco existía. Estamos contentos de la aportación que hemos hecho y de haber sacado libros como el de André Leon Talley o Bill Cunningham, que nadie hubiera publicado aquí. Y, por otro lado, de dar la oportunidad para que autores españoles puedan dar salida a su versión de la industria de la moda. De momento son sólo dos, pero habrá más.

Crear una editorial para publicar aquellos títulos por los que sientes verdadero interés es el sueño de muchos pero puedo imaginar la dificultad de dar el paso en todos los aspectos, desde los más personales hasta los más burocráticos.

En nuestro caso todo fluyó con bastante facilidad. En la parte personal ayudó una actitud un poco inconsciente, todo sea dicho; y en la burocrática, la Cámara de Comercio de Barcelona nos ayudó a hacer todos los tramites de manera gratuita, en menos de una hora montamos la empresa. Luego, lo que es gestionar derechos de autor, proveedores, etc. tiene su parte de encanto y es donde se aprende de verdad.

¿Qué ha sido lo más desconocido para vosotros en el sector editorial?

Lo más desconocido tenía que ver con el mercado, esto es, con las ventas. A pesar de que existen estadísticas y lo habíamos hablado, hasta cierto punto, con otros editores (aunque siempre se mantiene el secretismo en torno a los números). Hasta que no sacamos los primeros libros no supimos cuál era verdaderamente el tamaño del mercado. Spoiler: se venden muchos menos libros de lo que se dice.

Al frente de la editorial estáis Martín Torres y Pau Masaló, ¿qué os ha unido en ese proyecto?

Algo muy sencillo: somos pareja [ja, ja, ja] y nos complementamos bien. Pau lleva la parte de arte (diseño, web, branding, maquetación), y yo la parte editorial y la gestión en general. Aunque para Pau su papel en Superflua es más bien accidental, no le quedó más remedio… porque él realmente se dedica a la dirección escénica.

Es una editorial centradas en narrativas de la moda pero ¿confluyen otros intereses estéticos, artísticos…?

Mantenemos una selección muy restringida de títulos para marcar mucho la línea editorial y darle carácter. Lo ideal sería crear otra colección donde dar cabida a textos más literarios sobre temas culturales cercanos a la moda. La intención la tenemos, a ver cómo evolucionan las cosas…

En vuestra presentación decís que el conocimiento de lo superfluo es imprescindible. Yo añadiría que lo superfluo nunca ha tenido tanta rigurosidad y buen hacer como el trabajo que estáis desarrollando. Entiendo que no son incompatibles.

Vaya, gracias. Lo de “El conocimiento de lo superfluo es imprescindible” es un lema que se nos ocurrió para llamar la atención mediante una paradoja. Pero sí, jugamos con esa idea que se tiene de la moda como algo pueril para presentar, en cambio, los textos al respecto de los mejores periodistas. A la vez, creemos que es muy sano mantener una postura irónica y alejada de la solemnidad, no hay que tomarse muy en serio.

Una carrera en la moda, D.V o En las trincheras de la moda son algunos de vuestros títulos donde lo histórico, biográfico y la moda van de la mano ¿puede ser que uno de los atractivos de vuestros títulos es que son capaces de aunar tales aspectos? Al final, ¿es la moda un retrato de la sociedad de cada momento?

Sí, claro, en el fondo los libros no tratan sólo sobre moda, en la mayoría de ellos el contexto social es tan importante como la información que se da sobre el mundo de la moda. En este sentido, creo que encajan perfectamente dentro de la corriente de la historia cultural. Por ejemplo, en la biografía sobre Saint Laurent se habla del proceso de independencia de Argelia, un hecho histórico traumático para los franceses del que aquí se tiene poco conocimiento (por considerarse muy local); pues seguro que el libro ha acercado esos hechos a un público que de otra manera no habría llegado a ellos.

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