Entrevista a Gonzalo de Pedro «Coordinador de Programación Festival Punto de Vista»

Gonzalo de Pedro
Gonzalo de Pedro

B. Echeverría

Finalizada la 8ª edición del Festival Punto de vista  de Pamplona, Gonzalo de Pedro coordinador de programación del mismo y crítico de cine en diferentes medios,  nos cuenta de forma detallada qué ocurrió en la salas.

Tras 8 años de trayectoria como festival de cine documental de referencia ¿ha habido algún cambio o reestructuración en las líneas de trabajo o, por el contrario, os habéis  reafirmado en ellas?

El festival ha pasado por dos direcciones artísticas, la de Carlos Mugiro, desde el comienzo hasta 2009, y la de Josetxo Cerdán, de 2010 hasta este año, 2013. Y aunque son muy diferentes, es curioso ver cómo el festival se ha mantenido en sus apuestas y en su melodía, con las lógicas variaciones, casi tonales, para una misma propuesta artística y política. De alguna manera, a lo largo de estas ocho ediciones (y una de seminario) lo que se ha hecho es ahondar y desarrollar algunas líneas de trabajo: la apuesta por el cine español, la consolidación de Punto de Vista como un trampolín de autores hacia el exterior, y no un mero receptor de películas exitosas producidas en el extranjero, y el trabajo con la comunidad cinematográfica de espectadores, críticos y cineastas, que han convertido el festival en un punto de encuentro. Además, se ha trabajado siempre una visión muy política del cine documental como una herramienta de cuestionamiento del mundo, una idea que durante un tiempo estuvo casi desterrada de los acercamientos documentales en este país.

Desde la última edición ha pasado un lapso de dos años, lo cual ha provocado cierta acumulación de películas, las correspondientes a dos convocatorias, ¿Qué criterios han primado en la selección?

Es difícil explicar los criterios que manejamos a la hora de elegir las películas, porque en algunos casos los hacemos explícitos, y en otros no tanto. De todas formas, y dejando de lado que intentamos, aunque no nos ponemos ninguna obligación ni cuota, que haya siempre representantes asiáticos y latinoamericanos, lo más importante es que la selección funcione de forma orgánica, que tenga sentido en su conjunto, y que no sea simplemente una suma de buenas películas. No funcionamos como otros festivales, que van cerrando películas conforme las ven, sino que nos sentamos los cinco miembros del comité de selección y formamos la selección al mismo tiempo, de forma que la sección oficial sea coherente, incluso aunque haya contradicciones entre las propuestas, y no todas trabajen las mismas preguntas. En cualquier caso, y aunque siempre nos ha interesado, las cuestiones políticas (que no es lo mismo que partidistas, ni mucho menos) siempre tienen que estar presentes, así como una atención especial al cine español, que nos parece clave que participe de la sección oficial.

Región Central ¿qué lugar ocupa dentro del festival? ¿Qué condiciones debe tener un documental para participar en esta sección? ¿Es quizás la sección más experimental? 

El propio nombre de la sección, que homenajea a la película de Michael Snow de 1972, La region centrale, indica que es un territorio bastante abierto, donde mostrar las películas más arriesgadas, y no solo en lo formal. La película de Snow, para quien no la conozca, es una película rodada en un campo, con la cámara situada en un brazo mecánico que iba moviendo de forma aleatoria la cámara por el paisaje, convirtiendo la filmación de un paisaje más o menos rutinario en una especie de viaje alucinatorio que arranca en lo real para ir mucho más allá. Es un resumen perfecto de lo que buscamos para esa sección. Las condiciones serían por tanto un riesgo formal, pero también, y esto es algo que intentamos mantener en todo el festival, una coherencia entre la forma y un fondo. No olvidemos que estamos en un festival que toma su nombre de la frase de Jean Vigo sobre el cine documental como un “punto de vista documentado sobre el mundo”, es decir, que no buscamos la forma por la forma, sino una vanguardia que sea también ideológica, política, como lo era el propio Jean Vigo. Este año, por ejemplo, presentábamos una película llamada Public Hearing, del cineasta James N. Kienitz Wilkins, que se presentaba con subtítulos realizados, a petición del autor, con el traductor automático de Google. Cuando nos lo propuso, lo aceptamos porque era plenamente coherente con la propuesta de la película, que trabaja sobre las pérdidas y manipulaciones en las representaciones, tanto cinematográficas como democráticas. Esa idea, que vincula la proyección con el cine expandido, no la hubiéramos aceptado si fuera un simple juego, pero en este caso encajaba perfectamente con la reflexión que plantea la película, y algo así tiene todo el sentido en una sección como La región central.

Thomas Heise y Eduardo Coutinho durante la presentación de sus retrospectivas
Thomas Heise y Eduardo Coutinho durante la presentación de sus retrospectivas
Thomas Heise y Eduardo Coutinho durante la presentación de sus retrospectivas

El cineasta alemán  Thomas Heise y el brasileño Eduardo Coutinho son en los protagonistas de “Retropectivas”  ¿Qué aspectos destacarías como relevantes de su cine? ¿De dónde nace el interés de dedicarles la Retrospectiva 2013?

Queríamos que este año fuera el año de la palabra en el festival. Por muchas razones, primero porque cinematográficamente, la entrevista parece que ha estado denostada durante mucho tiempo, y que el cine documental no podía incluir entrevistas, que eran algo televisivo. Y tanto Heise como Coutinho reivindican la entrevista como herramienta de conocimiento y de trabajo cinematográfico. Pero además, esa idea de la palabra, de tomar la palabra, de hacer que la gente tomara la palabra, nos parecía clave en el contexto político en el que estamos, de ahí que las retrospectivas de estos dos autores fueran claves y pertinentes. Además, ambos dos han hecho un trabajo sostenido en el tiempo sobre los cambios sociales y políticos en dos países en constante cambio, y son dos cineastas que no se ajustan a las visiones estandarizadas sobre sus realidades: Coutinho trabaja con gente que vive en la miseria más absoluta, pero esquiva cualquier mirada condescendiente, paternalista o aparentemente solidaria, y Heise es un cineasta que era incómodo en la RDA y sigue siendo incómodo en la Alemania reunificada, porque no se sitúa en ningún bando preestablecido. Y esa indefinición, esa independencia de ambos, nos parece esencial.

Para quien lo desconozca ¿en qué consiste el proyecto X Films?

Es un proyecto de producción a muy baja escala. El festival elige cada año a tres realizadores, les invita a presentar un proyecto de película bajo la forma del ensayo o diario que ha de rodarse necesariamente en Navarra. Y después de unas sesiones de trabajo con expertos, de unas exposiciones públicas de sus proyectos y de las proyecciones de sus trabajos anteriores, el comité de expertos elige uno de los tres proyectos. Y ese es el que el festival produce durante el año, para estrenarse en la siguiente edición. Es algo que creó Josetxo Cerdán en su primera edición como director artístico como una forma de sostener el trabajo de cineastas que no tienen acceso a las ayudas oficiales, cineastas que trabajan generalmente en condiciones muy precarias, de autoproducción, y también como una forma de reivindicar ese tipo de cine y reflexionar sobre los procesos de creación. Además, nos gusta pensar que el festival no solo elige las películas que le gustan, sino que además las hace posibles, dentro de sus modestas posibilidades.

A pesar de ser consciente de la dificultad de la pregunta ¿cuáles crees que son los documentales imprescindibles de esta octava edición?

Como estoy respondiendo esta entrevista a toro pasado, cuando el festival ya ha terminado, creo que es todavía más difícil responder. Pero voy a apostar por algunas películas que quizás pasaron algo más desapercibidas, y que merecen la pena ser rescatadas. La primera es la ya mencionada Public Hearing (http://www.puntodevistafestival.com/es/ficha_pelicula.asp?IdPeli=312), por lo que ya he comentado, y otra es el nuevo cortometraje de Adrián Orr, un joven cineasta español que no es que prometa, es que está consiguiendo cosas realmente fascinantes. Se titula Buenos días resistencia (http://www.puntodevistafestival.com/es/ficha_pelicula.asp?IdPeli=316) y es un trabajo excepccional de puesta en escena y trabajo con actores no profesionales, con un transfondo político nada evidente.

¿Qué otras actividades paralelas nos podemos encontrar?

Este año el festival acogió por primera vez las presentaciones de proyectos ajenos a Punto de Vista, pero que sentíamos muy cercanos. (http://www.puntodevistafestival.com/es/ultima_edicion.asp?IdSeccion=19), y que nos parecía importante dar a conocer en este contexto. Es un paso más en nuestra pelea por consolidar lo que ya existe: esa comunidad de cineastas, críticos, programadores y espectadores que sostiene, persigue, crea, apoya, discute y piensa sobre un cine que no está en el punto de mira de la industria.

La clausura del Festival viene acompañada de “Dime quién era Sanchicorrota” ¿supone el estreno del proyecto X Films del año anterior?

Así es, Jorge Tur fue el ganador del Proyecto X Films 2012, y este año estrenó la película resultante, un largometraje que arranca como una comedia para sorprender después al espectador con algo bastante más oscuro. Está feo que lo diga yo, pero es una de las películas más importantes del año que arranca, y estamos realmente contentos de haber participado en que exista.

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