B.Echeverria

El músico donostiarra Paul San Martín ha logrado consagrarse como pianista de blues en el escenario musical peninsular. Tomó la decisión de cursar los estudios de música en el campo del jazz y desde entonces su actividad en la música no ha cesado. Este viernes podéis verle en Zarautz sobre el escenario con uno de sus múltiples grupos «Arima Soul» o disfrutar de su última colaboración al piano en «Marcador» el single presentación de lo que será el próximo disco del grupo Amateur.

El blues es, evidentemente, tu género y en el que sin lugar a dudas has logrado consolidarte como músico, sin embargo, si me permites vamos a remontarnos a tus inicios musicales. ¿Con qué música y discos comenzaste a interesarte por la música?

Crecí en un hogar muy musical. Mi madre nos cantaba de pequeños, mi padre toca la guitarra y mi abuela tocaba muy bien el piano. ‘La música es lo mejor’ decía, y tenía razón. A los doce años mis amigos y yo descubrimos a los Doors. Nos llevó directamente a formar una banda y descubrir el Blues. Recuerdo la primera vez que escuché en mi Walkman a John Lee Hooker acompañado por Johnny Johnson al piano, fue una auténtica revelación. ¿Otros discos? El primero de John Mayall y los Bluesbreakers con Eric Clapton, Alexis Corner en el Marquee, los Animals o los primeros Stones.

Estudias la carrera de piano jazz en el conservatorio de Pamplona, ¿cuál fue el detonante para que decidieses dedicar tus estudios superiores a la música? En un mundo en el que decantarse por una carrera distinta de los cánones habituales, ¿fue una decisión difícil?

Las cosas han cambiado. Tomar caminos alternativos hoy en día es casi una decisión inteligente. Pero a finales de los noventa, dedicarte a la música parecía un kamikaze laboral. Fue una decisión muy difícil, pero mi familia me apoyó. La única condición que me pusieron mis padres fue que estudiara música de forma oficial. El año que terminé el grado medio en San Sebastián coincidió justo con que acababa de surgir la opción de realizar estudios superiores en el campo del Jazz. No me lo pensé dos veces. Hice la prueba de acceso en San Sebastián y Pamplona. Al final entré a estudiar en el conservatorio Pablo Sarasate.

¿Hay algún disco o artista que fue clave en ese momento?

Por esa época me interesaban mucho los pianistas de Jazz que parten de una base Blues. Gente como Ray Bryant, Gene Harris, Billy Taylor o Phineas Newborn.

Hay un recuerdo curioso que, si me permites, hago mención: en tus inicios compartiste escenario con Alex Cooper, ¿cómo sucedió tal encuentro?

Mi primera banda fueron The Roadrunners. Tocábamos Rhythm & Blues de los sesenta. Tuvimos mucho éxito en nuestra ciudad, sobre todo entre los círculos más Underground. Llegamos a tocar en una concentración Mod en Lleida y en el EuroYeyé de Gijón. Se nos presentó la opción de participar en un programa de televisión para grupos noveles presentado por Lorenzo Santamaría. A los grupos se les pedía que alguien del panorama musical les apadrinara. Le llamamos a Álex con mucha vergüenza y accedió encantado. Estuvo súper amable y tocamos juntos ‘Midnight To Six Man’ de los Pretty Things.

Tu actividad como músico es incesante hoy en día además de dar clase, tocas con Arima Soul, Noa & The Hell Drinkers, The Broken Horns, Paul San Martín & Fran Serrano Dúo, The Fake Cousins y un largo etc, ¿Hubieses imaginado semejante movimiento al comienzo de tu carrera?

Lo podía llegar a intuir. En el Blues y el Jazz hay que diversificarse. Me gusta ejercer de solista en el terreno del Piano Blues y Boogie Woogie, pero también relegarme a la labor de acompañante a la manera de Nicky Hopkins o Mark Naftalin. 

Hace unos días salía “Marcador” el single de lo que será el próximo disco de Amateur donde tocas el piano, es común en San Sebastián la estrecha colaboración entre músicos, ¿verdad?

Puede que esa camaradería entre músicos de la que hablas se la debamos en parte a Rafa Berrio. Él no tenía ningún tipo de prejuicio a la hora de juntar a músicos de diferentes estilos y ambientes. La sola idea de hacer música y crear algo coral era lo que le interesaba.

Además de la música el cine es otra de tus grandes debilidades ¿ese interés nace a la par que la música?

Después de la música, el cine es mi gran pasión. Eso de entrar una sala a oscuras y que una historia se desarrolle en la pantalla me ha fascinado desde muy pequeño. En parte se lo debo también a mis padres. Recuerdo que nos sentábamos en familia frente a la televisión y veíamos películas los fines de semana. De Sábado Cine, en la primera cadena, me marcaron especialmente ‘Cowboy de Medianoche’, ‘West Side Story’, ‘La Gran Evasión’ o ‘Los Santos Inocentes’.

Cassavetes y Saura dos de tus cineastas preferidos, ¿qué te llama la atención de ellos?

Mi padre tenía ‘Cría Cuervos’ de Saura grabada en VHS y la revisábamos cada cierto tiempo. Es una película triste y reflexiva, que capta muy bien los miedos de la infancia, con ese ‘videoclip’ tan característico de Carlos Saura, aquí ‘Porqué te vas’ de Jeanette. Ya más mayor, recorrí el resto de su filmografía. Me resultan películas interesantes y cargadas de simbolismo, con toda la pléyade de las producciones de Elías Querejeta; la fotografía de Luís Cuadrado, la música de Luís de Pablo y el montaje a cargo de Pablo González del Amo. John Cassavetes fue el paradigma de el artista comprometido con su arte. En su cine, quería reflejar el conflicto de las relaciones entre los seres humanos, hombres y mujeres principalmente, pero con el amor como motor principal. Siempre anteponía la verdad a la imperfección. También fue un gran actor e incluso cuando trabajaba al servicio de otro director para financiar su propio cine, se apreciaba su impronta y estilo como en ‘La Semilla del Diablo’ de Polanski.

Creo que la película “Arrebato” del donostiarra Iván Zulueta también ha dejado huella en tu cinefilia, a este respecto aun sabiendo que es un género muy alejado al blues, solo por curiosidad ¿has podido escuchar alguna canción del disco de Jota de los Planetas nacido del encargo de poner música a las imágenes de archivo del director?

‘Arrebato’ es una película fundamental para mí. Además, lo que narra le ocurrió al propio Iván. La entrega y adicción al cine fue tan extrema que finalmente quedó atrapado como en ‘El Ángel Exterminador’, así lo explicaba él. Siempre que paso por Miraconcha  me fijo en la restaurada villa que fuera la casa familiar de los Zulueta. Sí que leí que Jota iba a poner la música a imágenes de Iván, pero aún no he tenido ocasión de escucharlo. A ver qué tal.

Para ir concluyendo, estoy más que convencida de que te podremos ver en salas de conciertos, pero ¿hay alguna previsión de entrar a grabar al estudio?

Hace nada como quién dice que grabé mi querido ‘disco verde’. El EP de tres temas con arreglos de metales. Aún lo estoy presentando. Además, he grabado muchas colaboraciones este año. Pero sí, tarde o pronto volveré al estudio, que creo, parte fundamental en la labor y el aprendizaje del músico.